Cuando un cambio de paradigma parece asomar en la sociedad y lo diverso se va consolidando como un valor, los pueblos originarios que habitan esta región del continente comienzan a salir de los manuales escolares donde se los tuvo escondidos durante los últimos ciento veinte años. Escondidos debajo de un tiempo verbal, el pasado, que lejos de ser perfecto, fue sangriento.
La celebración del Bicentenario fue una muestra de que, al menos en el relato, el Estado argentino comenzaba a incorporar a los pueblos originarios. Y, más allá de lo que aún resta por hacer, se trató de un momento histórico teniendo en cuenta el genocidio, la persecución y la indiferencia que sufrieron quienes fueron las primeras víctimas de la conformación de ese Estado.
Con una propuesta que aúna datos históricos, narraciones descriptivas, anécdotas impactantes y una siempre fundamentada opinión, Pablor García indaga las apasionantes y diversas razones por las que ahora los pueblos originarios son tema de agenda.
La manifiesta intención de Es la diversidad, idiota es colaborar en ese proceso de inclusión de nuestros indígenas como miembros de naciones preexistentes y como sujetos de derechos individuales y colectivos.
No se puede respetar lo que no se conoce. Es necesaria una nueva relación pero desde la conciencia de lo que pasó, no se puede tomar como base la reproducción del discurso que impera desde los sectores de poder.
Juan Chico, dirigente qom de la provincia del Chaco