Este libro es la vida de Evo Morales contada por él mismo. El hombre que revirtió más de quinientos años de opresión, pues su historia es la de los aimaras, quechuas y otros pueblos de lo que después fue el territorio boliviano. Evo cuenta con sencillez sus orígenes, ese hogar en algún lugar remoto del altiplano que fue el entorno de sus primeros aprendizajes que con la impronta de su madre y de su padre, en una pelea cotidiana contra la adversidad de una miseria sin horizontes como el paisaje de su infancia, lo va a acompañar a lo largo de toda su vida. La narración de Evo es de un tono intimista y, al mismo tiempo, sin las inflexiones dramáticas que podrían caberle a la vida de un personaje que fue creciendo en medio del torbellino de las luchas de un pueblo que, finalmente, logró concretar una de las transformaciones más profundas de cuantas se han producido en América Latina en este extraordinario inicio del siglo XXI. Evo, más que ninguno de los otros líderes forjados en la etapa de la resistencia al neoliberalismo, emerge él mismo de los pliegues profundos de la pobreza y la opresión de ese Estado colonial en el que dos de las terceras partes de la población eran negados en su condición de sujetos de derecho. Evo es uno más de ellos. Por eso la historia que narra es la del apasionante tránsito de un hombre sencillo hacia su destino de conductor y, al mismo tiempo, la de un pueblo hacia su liberación.
Bolivia nació a la vida independiente el 6 de agosto de 1825. Hasta la revolución de abril de 1952, los campesinos bolivianos seguían viviendo como pongos, sin derechos, en una extrema desigualdad, sin tierra, ni derecho al voto, ni a nada. El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) que encabezó la revolución, dispuso, entre otras, tres históricas medidas: la reforma agraria, la nacionalización de las minas de estaño y el voto universal. En 1964 retornaron al poder los militares bajo la tutela del imperialismo estadounidense y gobernaron el país durante más de 16 años a través de una serie de golpes de Estado. Bolivia recuperó su democracia el 10 de octubre de 1982 con el ascenso al poder de Hernán Siles Zuazo. Los gobiernos que le sucedieron, de Víctor Paz Estenssoro, Jaime Paz Zamora, Hugo Banzer Suárez, Jorge Quiroga, Carlos Meza, fueron de corte neoliberal. Sólo con la victoria electoral de Evo Morales Ayma, Bolivia cambió. Nacionalizó los hidrocarburos, la minería, la energía eléctrica y, entre otras, las empresas que habían sido entregadas a las transnacionales, como la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL). En la gestión de Evo Morales, Bolivia se convirtió en Estado Plurinacional.
Evo Morales Ayma nació un 26 de octubre de 1959 en la comunidad de Isallavi, en Orinoca, a unos 189 kilómetros al este de la ciudad de Oruro. Era una de las poblaciones más olvidadas y empobrecidas del altiplano boliviano. Emigró, después del servicio militar, al trópico de Cochabamba. Junto a su padre, Dionisio Morales, fueron a buscar mejores condiciones de vida, ya que las sequías y heladas, en reiteradas ocasiones, destruyeron toda su producción agropecuaria. Su labor sindical comenzó en Villa 14. Fue primero secretario de Deportes. Luego de designado secretario general de la Central 2 de Agosto, fue elegido en el máximo cargo sindical de la Federación del Trópico. En su gestión se creó la Coordinadora de Productores de Coca, que aglutina a seis federaciones del trópico. En las elecciones nacionales celebradas el 18 de diciembre de 2005, logró obtener el 54 por ciento de los votos, el más alto porcentaje de la vida democrática del país. En el referéndum de enero de 2009, el apoyo a su gestión fue superior al 61 por ciento y en las elecciones de diciembre de ese mismo año obtuvo más del 64 por ciento de los votos. Su lucha y visión sindical y política lo encumbraron como uno de los líderes bolivianos más esclarecidos de la historia. Evo Morales se ha convertido no sólo en el primer presidente indígena de Bolivia y del continente, sino en uno de los líderes más influyentes e importantes de América Latina.