Internet y el ambiente digital colocan nuevos temas para la agenda feminista y la comunicación: las brechas de acceso de las mujeres y otros colectivos a la red y a la cultura digital, los discursos misóginos de la web, las distintas formas de violencia de género, como el ciberacoso, la divulgación no autorizada de imágenes íntimas y el control de las mujeres a través de dispositivos tecnológicos. La tecnología ya no es cosa de hombres. Las mujeres están entrando cada día más a la red para organizarse, comunicarse, informarse y aprender. Hoy, saber sacar provecho de la cultura digital forma parte del empoderamiento de las mujeres.
"Como otras instituciones y saberes a los que nos hemos incorporado tardíamente las mujeres -y como muy bien ha sido analizado por las epistemólogas feministas- sólo cuando adquirimos destreza en el desempeño, adquirimos la autoridad suficiente como para visibilizar los sesgos de género de estos saberes e instituciones. Esta autoridad nos habilita para proponer un remedio adecuado a las barreras que empobrecen y limitan objetivos presuntamente universales (como los de la ciencia o la tecnología de la información). Por lo tanto, claramente no se trata sólo de incorporar mujeres a los diseños existentes, sino de hacer plurales los diseños, ejecuciones y distribuciones no sólo en términos de sexo, sino de otras variables relevantes que generen brechas progresivamente visibles". Diana Maffía.