La «religión» no es un universal, sino una clave en la conceptualización del mundo por parte de la intelectualidad occidental, la cual se ha otorgado a sí misma el derecho de definir a los otros según categorías que favorezcan la dominación, proyectando sobre el mundo las fracturas propias de la episteme moderna: Modernidad-tradición, progreso-atraso, religión-secularismo.
A partir de esta constatación, el presente ensayo se centra en los «usos del monoteísmo» ejercidos por importantes pensadores europeos, desde Hume hasta Sloterdijk, mismos que han llevado a consolidar como obvia la presentación del islam dentro de las «religiones semitas» y como si fuese un «monoteísmo estricto». Una vez realizado el trabajo de deconstrucción, se plantea la necesidad de considerar al islam desde sus propios presupuestos, ideas-fuerza y metáforas fundamentales.
Es así como el autor desarrolla una crítica genealógica a la disciplina académica de la «ciencia de las religiones» y a sus categorías fundamentales, mostrando sus conexiones con el proyecto colonial. Nos encontramos ante un texto que revela la pervivencia de la dimensión humanista/humanitaria del colonialismo y su conexión con el cristocentrismo —la misión evangelizadora de todos los pueblos de la Tierra—, presente hoy bajo la máscara del secularismo.