Nacida en Buenos Aires, Argentina.
Artista plástica, multifacética, videoartista, música y performer.
A los 19 años, con la irrupción de la dictadura militar, tuvo que irse del país y emigrar
hacia otros destinos. Vivió en Madrid, Los Ángeles y México, lugares en los que se
formó permanentemente con diferentes maestros y experimentó distintas vías de
expresión: la música, la actuación, la pintura, la instalación, el diseño de objetos, la
performance.
De modo paralelo a su camino artístico Marina se aproximó a disciplinas vinculadas
con la espiritualidad y la sanación, lo que le permitió profundizar su compromiso social
y el trabajo con la vulnerabilidad, la falta de recursos internos y la discapacidad.
El 17 de diciembre de 2011 regresó a Buenos Aires con su muestra “El humor alarga la
mirada de la inteligencia”, expuesta en el Museo Evita. En 2012 la misma fue
inaugurada en el Centro Cultural del Bicentenario de Santiago del Estero, en
coincidencia con un viaje a esa provincia de la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner. Al año siguiente la artista se trasladó a Alemania para exponerla en la sede
de la Embajada de Argentina en Berlín y en abril de 2015, en el marco del 130
aniversario de las relaciones ruso-argentinas, viajó a Rusia junto con la presidenta para
participar con esta muestra de la gran exposición “Evita, la embajadora de la paz”. La
gira mundial de “El humor alarga la mirada de la inteligencia” incluyó también las
ciudades de Mallorca, Barcelona y París.
La obra de Marina aloja un discurso equilibrado entre imágenes cotidianas y un
universo onírico propio, en el que la pintura navega por una apuesta de color audaz y
un compromiso social y político que se acrecentó después de su regreso al país. Entre
otros temas, ella pinta escenas del peronismo, de Eva Perón y de Juan Domingo Perón
en distintos escenarios que evocan un espíritu romántico, rebelde y transgresor.
De modo paralelo a su camino en la plástica, comenzó a abrirse hacia otras disciplinas
y formas de comunicación mediante talleres de recursos creativos y transformación de
emociones con la pintura, y también a través de la música, para guiar procesos de
reconexión con la libertad y la identidad.
Durante el año 2020, ante la dificultad y el dolor que provocó la pandemia en infinidad
de aspectos de nuestras vidas, sintió la necesidad de estar en contacto con la gente a
través de su arte de manera masiva y popular. Por ello tomó la decisión de reproducir
su obra en pósters y, así, generar la posibilidad de que todo aquel que no tiene la
opción de acceder a un museo pueda tener una reproducción en su casa. Es una idea
que, como artista, la llena de orgullo y alegría. De esta forma sus imágenes han estado
viajando por todo el país.
Marina Olmi es una militante comprometida con este momento de la historia que
atraviesa la Argentina. Su mirada personal se orienta hacia cómo transformar la
realidad a través del amor y cómo acompañar ese proceso desde la creatividad,
fomentando los recursos propios de todas las personas para que puedan expandir sus
potencialidades y tener voz propia.
En varias oportunidades, sus obras fueron elegidas por Cristina Fernández de Kirchner
como representativas de nuestro país y nuestra historia para ser entregadas como
obsequio a diferentes presidentes con algunos de los cuales compartimos miradas. Así
ocurrió con Xi Jinping, Evo Morales, Lula Da Silva, Xiomara Castro, Emmanuel Macron y
Rafael Correa.
Más allá del resultado de su creación, Marina consiguió instalar una modalidad de
trabajo que consiste en trasmitir lo que significa atravesar un proceso transformador,
compartiendo la receta de su mayor tesoro, que no solo es el arte, sino la experiencia
de descubrir otros espacios como la autoestima, la libertad y los recursos propios. Por
eso en cada muestra o mural que lleva a distintos lugares ofrece talleres para trabajar
y compartir esa energía con personas de todas las edades y con capacidades
diferentes.